Los gatos son animales que tienen fama de ser muy duros y enfermar poco, pero lo cierto es que tienen sus puntos débiles como todos los seres vivos. Y uno de ellos es el sistema digestivo. El estreñimiento es muy frecuente en gatos y suele tener varias causas, que a veces se dan todas a un tiempo. Las heces muy duras y pequeñas en el arenero o que maúllen insistentemente cuando quieren usarlo, intentándolo varias veces sin éxito, son síntomas de que algo va mal. Cuando esto sucede, los suplementos nutricionales gatos con fibra son de gran ayuda para que nuestros peludos puedan evacuar con normalidad. Pero ¿por qué se estriñen los gatos?
Uno de los motivos por los que los gatos sufren problemas de estreñimiento son las bolas de pelo. A los gatos les gusta mucho asearse y estar impecables, pero al pasar la lengua por su pelaje ingieren una gran cantidad de pelo que forma bolas en su tracto digestivo. Algunos animales las vomitan, pero otros no y en todos los casos muchos de estos pelos llegan al intestino y causan problemas de estreñimiento. Para evitar esto, el gato debe de ser cepillado con frecuencia.
La comida seca, el famoso pienso o croquetas, también es causante del estreñimiento. Esto es así porque muchos mininos no beben demasiada agua y al ingerir comida seca se forman heces muy duras que resultan difíciles de eliminar. Por este motivo, la mayoría de los veterinarios recomiendan combinar comida seca y húmeda, así como usar fuentes de agua corriente para que el animal beba más agua. A los gatos les gusta el agua que se mueve, por lo que estas fuentes son un gran aliado para invitarlos a tomar mucha más agua, lo que también favorece la salud de sus riñones, otro de los puntos débiles de los gatos.
Por último, los gatos son animales que pasan muchas horas al día durmiendo y, cuando viven en pisos, si no tienen estímulos pueden estar prácticamente todo el día tumbados. El no moverse también favorece el estreñimiento, por lo que hay que incentivar su juego. Colocar premios en pelotas que tienen que mover para que vayan soltando su recompensa, los ratones que se mueven o, lo mejor de todo, los juegos en los que intervenimos los humanos son imprescindibles para que el animal haga ejercicio y su vientre funcione con normalidad.